domingo, 12 de abril de 2009

Gilpin: el dínero internacional importa

La existencia de una referencia monetaria internacional ha posibilitado el intercambio entre naciones y, por ende, el comercio internacional. Tres aspectos deben tenerse en cuenta con respecto a la moneda internacional: la liquidez, el ajuste y la confianza. Con respecto a la liquidez, se espera que el sistema provea el dinero suficiente (pero no de forma inflacionaria) para sustentar el comercio y las reservas monetarias. El ajuste se refiere a que se deben proveer mecanismos para resolver los desequilibrios producto de condiciones internas de cada país. De igual forma, se debe prevenir los desplazamientos que desestabilizan la composición de las reservas en cada país, debido a la pérdida de confianza en una moneda en particular o en varias de ellas.

Los gobiernos tienen la capacidad de emitir moneda, por lo cual se dice que el dinero cumple una función política y no neutral, como algunos teóricos pueden sostener.

La evolución de la moneda internacional tiene varias etapas en la historia. La época del oro, donde hay una conversión de una moneda con respecto al oro. Los grandes imperios, España y Portugal en un momento y, posteriormente, Inglaterra (en Occidente), acumulan grandes cantidades de oro traidos de sus colonias y dominan el comercio internacional. El siglo 19 donde se consolida el dominio inglés, la libra esterlina es la moneda que igualmente prevalece en el mundo, siendo Londres el centro financiero mundial.

La convertibilidad hacia el oro respondió muy bien a una época donde prevalece la norma del "laissez faire" liberal con relativamente pocas demandas sociales. La hegemonía británica podía manejar este sistema de buena forma.

La primera guerra mundial lleva consigo el declive de este poder hegemónico. Además surge una crisis financiera que tiene su culminación en la crisis del año 1929. La necesidad de los gobiernos de responder a las necesidades sociales más complejas de cada país, provoca que el dinero se emita de tal forma que responda a tales demandas. El desarrollo del Estado Bienestar en cada una de las sociedades, así también el fin de la hegemonía británica, provocan de cierta forma, que la "época del oro" también vea el comienzo de su fin.

Esto se acentúa en la posguerra del año 1945. Estados Unidos surge como la potencia hegemónica y los acuerdos de Bretton Woods dan al dólar estadounidense el estatus de moneda internacional. En teoría, el dólar tiene una convertibilidad fija con respecto a una onza de oro.

El proceso de reconstrucción de Europa y Japón, financiado por Estados Unidos en planes como el Plan Marshall, provocan una emisión alta de dólares en el mundo. Se acentúa el desarrollo de los estados bienestar, de la industria local en cada uno de los países y en general provoca un desarrollo social muy alto.

La crisis que comienza a darse después del año de 1970 en EEUU y en el mundo, provocado por la guerra de Vietnam, el alza en los precios del petróleo y la pérdida de competitividad de EEUU frente a Europa Occidental (principalmente Alemana Occidental) y el Japón, hacen que el gobierno norteamericano devalúe el dólar.

Se adopta a partir de ese momento el sistema de libre ajuste del valor de las monedas, buscando dar competividad a las economías, sobre todo en perspectiva de las exportaciones.

No obstante, tanto el proceso de pérdida de valor del dolar como el declive de la hegemonía norteamericana, provocan que no se esté claro hoy en día los aspectos técnicos relacionados con la liquidez, el ajuste y la confianza en el dólar. Han surgido propuestas de crear una moneda internacional no relacionada con ningún país. Esto último busca evitar el problema del N-1, esto es que cualquier país puede ajustar su moneda, salvo el que emite la moneda internacional, como lo es Estados Unidos con respecto al dólar. El problema siempre, es que la incapacidad de devaluar la moneda en dicho país, provoca pérdida de competitividad.

Esto no está resuelto al momento y yendo más allá de la lectura de Gilpin, está en el tapete de estos meses, en cumbres como la del G-20, o el surgimiento del poder de China tratando de establecer su moneda, el Yuan, como una moneda de referencia internacional (a la par del dólar o del euro).

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